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Normas ISO
Hoy en día, resulta complicado encontrarnos con alguna empresa que no esté certificada en alguna de las normas ISO. Si bien es más común en empresas medianas grandes, también se está notando un alza en pequeñas empresas que quieren tener acceso a otros mercados o ampliarlo.
Certificarse en normas ISO es una garantía de crecimiento y prestigio.
Como es lógico, cuanto más grande y relevancia tiene la empresa, mayor es el número de normas ISO en las que están certificadas, o como poco, en proceso de implementación.
Ya se ha mencionado en otros artículos cuáles son los Sistemas de Gestión y/o normas ISO más implantadas y/o certificadas:
- ISO 9001:2015 de Sistemas de Gestión de la Calidad. Requisitos.
- ISO 14001:2015 de Sistemas de Gestión Ambiental. Requisitos con orientación para su uso.
- OHSAS 18001:2007 de Sistemas de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo. Requisitos. Ésta ha sido sustituida por la nueva Norma ISO 45001:2018.
Todos saben que las normas ISO cada vez cobran más importancia, y que su implantación supone una serie de mejoras y ventajas competitivas más que comprobadas, para empresas de todos los sectores y tamaños.
¿Qué son las Normas ISO?
Las normas ISO son normativas de ámbito internacional elaboradas por la Organización Internacional de Normalización o, en inglés, International Organization for Standardization (ISO). Esta entidad, está compuesta por representantes de los organismos de normalización de cada país, siendo en España AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación), por Ley, la responsable.
Es decir, las normas ISO no son leyes, sino que son de carácter voluntario. Esto es, no es una ley cuyo cumplimiento sea exigible, sino que las organizaciones eligen si quieren adoptarlas o no.
Certificación de normas ISO
Conseguir la certificación puede ser un proceso largo y tedioso, en especial, para aquellas organizaciones en situación de inmadurez, ya que la lista de requisitos a cumplir será extensa y requerirá muchos costes y formación complementaria.
Pero si el objetivo o la meta propuesta para la organización es posicionarse en el mercado o abrirse camino en otros diferentes y extenderse, no hay mejor opción.
Para llevar a cabo la certificación, la empresa debe ponerse en contacto con una empresa acreditada por un organismo de acreditación. Algunos de éstos son:
- ENAC (Entidad Nacional de Acreditación) en España.
- ONAC (Organismo Nacional de Acreditación) en Colombia.
- EMA (Entidad Mexicana de Acreditación) de México.
- INN (Instituto Nacional de Normalización) en Chile.
Toda certificación de cualquiera de las normas ISO (sólo una o de varias – Sistema de Gestión Integrado), debe seguir unos pasos:
1 – Ponerse en contacto con la entidad de certificación.
2 – Recopilar todos los datos, documento e información requeridos para la comprobación del cumplimiento de los requisitos de las normas ISO implementadas.
3 – Auditoría externa o auditoría de certificación: la entidad de certificación escoge el equipo auditor encargado de realizar la auditoría.
4 – En base a la información recopilada en la auditoría, se realiza el informe de auditoría, incluyendo los hallazgos y/o no conformidades detectados.
5 – Si en la resolución final de la auditoría, el resultado es positiva, se procede a tramitar la certificación. En el caso contrario, se tiene que revisar de nuevo el Sistema de Gestión y solventar los incumplimientos de los requisitos de las normas ISO.
6 – Control anual: se realiza una revisión anual de la certificación de las normas ISO, y en caso de no estar en orden, se dispone de un plazo de entre 3 y 6 meses para solventarlo (en función de la gravedad del incumplimiento).
Estrategia y normas ISO
Aunque la planificación de la estrategia está establecida como requisito en la mayoría de las normas ISO, es cierto que, hacerla no es obligatorio.
Pero en realidad, para poder abordar un Sistema de Gestión basado en las normas ISO, es prácticamente indispensable.
Establecer una estrategia es necesario, puesto que, muestra el camino a seguir, las medidas, acciones o actividades que asegurarán el buen desempeño y funcionamiento del Sistema de Gestión.
Cada empresa elaborará su propia estrategia, en función de los requerimientos de las normas ISO a implantar o mantener, tamaño, número de clientes y demás características propias de la organización en sí.